Asbesto es el nombre que se da a un grupo de
minerales de origen natural que existen en el medio ambiente como manojos de
fibras que pueden separarse en hilos delgados y duraderos. Estas fibras son
resistentes al calor, al fuego y a las sustancias químicas y no conducen
electricidad. Por estas razones, el asbesto se ha usado extensamente en muchas
industrias.
Químicamente, los minerales del
asbesto son compuestos de silicato, lo que significa que contienen átomos de
silicio y de oxígeno en su estructura molecular.
¿Qué riesgos para la salud
representa la exposición al asbesto?
Es posible que la gente esté expuesta al
asbesto en su trabajo, en su localidad o en sus hogares. Si los productos que
contienen asbesto se sacuden, fibras pequeñas de asbesto se desprenden en el
aire. Cuando se inhalan las fibras de asbesto, es posible que se alojen en los
pulmones y que permanezcan ahí por mucho tiempo. Con el tiempo, las fibras
pueden acumularse y causar cicatrices e inflamación, lo cual puede dificultar
la respiración y llevar a serios problemas de salud.
El asbesto ha sido clasificado
como un cancerígeno humano reconocido (sustancia que causa cáncer) por el
Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos, por la Oficina
de Protección Ambiental y por la Oficina Internacional para la Investigación
del Cáncer. Según las investigaciones, la exposición al asbesto puede
incrementar el riesgo de cáncer de pulmón y de mesotelioma (cáncer poco común
del revestimiento delgado del pecho y del abdomen). Aunque es un cáncer de poca
frecuencia, el mesotelioma es el tipo de cáncer asociado más comúnmente con la
exposición al asbesto. Además del cáncer de pulmón y del mesotelioma, algunas
investigaciones sugieren que existe una relación entre la exposición al asbesto
y el cáncer colorrectal y el cáncer gastrointestinal, así como un riesgo mayor
de padecer cáncer de garganta, de riñón, esófago y de vesícula biliar. Sin
embargo, la evidencia no es definitiva.
Todo el mundo se ve expuesto al
asbesto alguna vez en su vida. Se pueden encontrar concentraciones bajas de
asbesto en el aire, en el agua y en la tierra. Sin embargo, la mayoría de la
gente no se enferma después de estar expuesta. Las personas que sí se enferman
casi siempre han estado expuestas en forma regular al asbesto, por lo general
en su lugar de trabajo en contacto directo con el material o por exposición
considerable en el ambiente.
Aquí les dejamos un breve resumen
del articulo realizado por "El instituto Nacional del Cáncer" (NCI)
de los Institutos Nacionales de la Salud de EE. UU.
*te invitamos a leer el artículo
completo*
así o mas especifico jajaja gracias por la informacion
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